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No saben apreciarla que es distinto. La lucha libre no consiste sólo en ver quien "le rompe su madre a quien". Eso es, precisamente, para los niños y para el pendejo naco mediocre y tonto de la plebe promedio que la mira ocasionalmente para entretenerse. La lucha libre es una combinación de muchas cosas de las que hay que tener nociones para poder apreciarla correctamente. Es el único deporte que convive en simbiosis con el arte teatral y con el arte circense. Donde el atleta debe de enfrentar a su contrincante cuidando de no lastimarse él, cuidando de no lastimar al otro, mientras se muestra como alguien creíble él y muestra como alguien creíble al otro. Cuando esto se hace bien y con lógica, la lucha concluye y más allá del conteo de tres o de quién derrotó al otro, la evaluación del público (conocedor) se dirige en realidad hacia el desempeño de uno, del otro, y luego de los dos en conjunto. Es entonces que se va formando una opinión. Esa opinión va mutando o se va fortaleciendo con el paso del tiempo y entonces puede surgir un ídolo o un pinche luchador "molero". El verdadero triunfo en la lucha libre es a través de la popularidad y la admiración, y es una carrera larga que se construye desde antes del encuentro en curso, y después del encuentro en curso. Y para lograr eso debe lograr credibilidad.
Podría escribir todo un ensayo sobre este bello mundillo pero qué hueva. Sólo decir que la lucha libre es el deporte entretenimiento supremo y requiere de muchas más neuronas del espectador que el resto de entretenimientos pedorros de unos changos atrás de una pelotita. Por eso casi nadie le entiende ni le agarra la onda pero se sienten bien "yntejilentez" creyendo que destapan algo repitiendo como pendejos eso de que es falsa.