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Lo que Mastermind le da no es una dirección o una pista vacía. No, él le traía el producto auténtico sin peros ni tapujos. El rostro de Enjambre se muestra ligeramente confundido por tenerlo cara a cara de un modo tan simple y sencillo. ¿Lo tenían todo preparado desde el inicio o lo capturaron hace poco? ¿Importaba acaso? No realmente, lo que había buscado durante tanto tiempo estaba finalmente en frente suyo. Preocuparse por detalles insignificantes, tales como el ¿por qué?, o ¿cómo?, era una tarea de lo más irrelevante.
:- Eres tú, realmente eres tú
Como si se tratase de un depredador acorralando a su presa, Enjambre dio varias vueltas alrededor del prisionero. Mientras camina en torno a este, observa cada uno de sus rasgos, así como sus reacciones. Su cuerpo flacucho y poco desarrollado era el de un humano completamente ordinario, las canas y arrugas de su rostro evidenciaban lo avanzado de su edad. Las únicas características que lo diferenciaban de alguien común y corriente eran su intelecto y el grotesco color de su piel. Contrario a lo que uno podría pensar este último no es causado por una mutación ni accidente de laboratorio, se trataba de un síntoma producido por la falta de higiene y luz solar. Esta patética excusa de ser humano cuyas uñas ya se encontraban amarillentas por la falta de cuidado era quien puso sus manos sobre Enjambre y la convirtió en lo que es ahora. No había duda alguna, esta persona era el Escultor de especies.
:- Decepcionante... Tch, ni siquiera sé por qué esperaba algo de ti
Después de haber destruido tantos de sus escondites y acabado con todos sus supuestos hermanos, esperaba algo más. Sin embargo, tras pensarlo dos veces se da cuenta de que así es como siempre fue. Calamari tenía razón, el Escultor de especies era un hazmerreír entre sus compañeros científicos malvados. Era un necio con buenas ideas, pero que era incapaz de aplicarlas correctamente y él era consciente de eso. Pese a todos los experimentos que había hecho y lo mucho que habla sobre la evolución de las especies, él nunca intentó modificarse a sí mismo.
El motivo detrás de esto era tan patético como su propia existencia, era un cobarde. Vivía demasiado asustado como para oponerse a los que le molestaban, vivía demasiado asustado de la creación que no era capaz de controlar y vivía demasiado asustado como para aplicar su conocimiento sobre su propio cuerpo. De forma inconsciente o no, él reconocía el fallo tan grande que eran todas sus creaciones frankenstinianas y no deseaba volverse uno de estos, no hasta que alcanzase el éxito. Frente a él, ahora mismo estaba parado lo más cercano que podría estar a dicho objetivo.
:- ¿Perfecto? ¿¡PERFECTO!? ¿Crees que hay algo perfecto en esto? ¡Todo lo que has hecho está lejos de ser perfecto, si he logrado algo es únicamente porque nunca lograste poner tus sucias manos sobre mi cerebro!
Ya sea con su cuerpo actual o el anterior a ese Enjambre, nunca consideró que estuviese siquiera cerca de la perfección. Aun así, entre gritos y miradas enojadas, reconoce algo. Reconoce el motivo por el que fue capaz de llegar tan lejos a diferencia del resto de sus hermanos. Su aspecto tal vez no lo sea, pero las mejoras cibernéticas y biológicas que tenía eran de buena calidad. El escultor de especies podía crear materiales con buen desempeño, pero era incapaz de explotar al 100% el potencial de estos, es por eso que todas sus otras creaciones controladas por una IA defectuosa o por la patética mente del villano eran incapaces de lograr algo. Enjambre tal vez no ser la aguja más brillante del telar, pero incluso ella era capaz de darle mejor uso a su tecnología.
:- ¿Ayudarte? ¡Ja, ja, ja! Claro, claro que voy a ayudarte, pero esta vez... ¡Tú serás el sujeto de pruebas!
Cortó las esposas del Escultor de especies entre risas y le dio tiempo suficiente para que se ilusione con su muy obvia mentira. Al segundo de que eso pasase, Enjambre cortaría los brazos y piernas de este con tal velocidad que las heridas serían cauterizadas al instante. Ni una gota de sangre tocó el piso, pero de un segundo a otro el Escultor de especies pudo notar como su ángulo de visión iba cayendo lentamente al suelo debido a la falta de extremidades con las que sostenerse. Matarlo sería muy fácil y sencillo, pero eso no es lo que Enjambre deseaba.
*PUFF*
Escupió un único huevo sobre el torso del Escultor de especies. Este se abrió, liberando una maraña de insectos de distintas formas y tamaños. Boca, nariz, orejas, ano, uretra, ojos, etc. No había orificio alguno capaz de librarse de la entrada forzosa de los insectos dentro de su cuerpo. Enjambre había pensado durante muchos años el cómo devolverle el "favor" que el Escultor de especies le hizo a ella y llegó a la conclusión de que la mejor forma de hacerlo era usar las habilidades que este le dio para "ayudarlo" a evolucionar.
Kodoku, ese era el nombre de un tipo de magia ritualistico realizado en varias regiones asiáticas. El funcionamiento de este se basa en encerrar a distintos insectos dentro de un frasco y dejar que se maten entre sí, hasta que solo uno sobreviva. Enjambre podrá no ser capaz de realizar magia, pero su control de insectos era más que suficiente para crear una imitación igual de efectiva. La única diferencia era que ella no pensaba permitir a ningún insecto abandonar el cuerpo del Escultor de especies. No, ella iba a convertir a este kodoku en uno interminable al asegurarse de que los insectos formen eternamente parte de su cuerpo.
Lo primero que hizo fue enviar gusanos directo a su cerebro, con sumo cuidado estos devoraron neuronas y cortaron sinapsis para deshacerse de las funciones que a partir de ahora serían innecesarias. Capacidad motriz, control de los músculos, habla, vista, oído, olfato, gusto, coordinación, equilibrio, etc. Todas esas cualidades quedaron inutilizadas. Su sentido del dolor y percepción temporal, por el contrario, fueron aumentados drásticamente, la consciencia fue modificada para que le sea imposible dormirse o desmayarse. Había practicado varias veces con otros humanos para asegurarse de ser capaz de lograr algo así cuando llegará el momento, pero esto no se acababa aquí.
No mentía cuando dijo que iba a ayudarlo a evolucionar y el método que tenía para hacerlo era por medio de cambiar a todos sus órganos por insectos vivientes. Su corazón y sistema digestivo fueron reemplazados por gusanos e isópodos capaces de replicar las mismas funciones de este, la única diferencia era que venían con el agregado de hacerle sentir dolor por cada latido y pulsación que generasen. Largos y resistentes milpiés se clavaron en su columna vertebral y demás huesos importantes, aplastando las formaciones óseas hasta destruirlas y luego reemplazarlas.
Todo el resto de partes, ya sean óseas o musculares, que eran consideradas de poca importancia, se volvieron el nido de distintas especies de insectos. Lenta, pero inexorablemente estos irían consumieron cada pequeño trozo de su cuerpo y de sus desechos y cadáveres, formarían una nueva estructura con la cual reemplazarlos. Aquel proceso llevaría varios días, semanas, incluso, tiempo el cual se sentirá como años bajo la percepción temporal alterada que ahora posee el Escultor de especies, y la cosa no se terminaría allí.
La variedad de insectos dentro de su cuerpo era tan grande y diversa que era un ecosistema en sí mismo, repleto de depredadores y presas, compitiendo constantemente por los recursos tan escasos dentro de su cuerpo. Sus luchas y pericias serían sentidas en todo momento por el Escultor de especies quien se vería nutrido constantemente por los restos que estos producirían dotándolo en cierta forma con vida eterna siempre y cuando el ciclo natural no fuera roto.
Los insectos tenían grabados en su ADN que este era su hogar y que debían evitar a toda costa el abandonarlo o destruirlo. Cada vez que se formase un agujero, cada vez que el Escultor de especies esté cerca de desfallecer, cada vez que alguien intentara liberarlo de esta tortura, ellos actuarían y trabajarían juntos para proteger su colmena. Nada ni nadie les iba a impedir eso, pero solo para asegurarse, Enjambre les dio una última ayuda en su tarea al envolver el cuerpo del Escultor de especies dentro de un capullo extremadamente resistente para que su paz no fuera perturbada.
Lo había hecho, logró que el Escultor de especies evolucionara de un simple ser humano a una colmena viviente. Una pupa sintiente incapaz de eclosionar y que estaría atrapado dentro de su pequeño y confinado infierno hasta que el sol explote o puede que incluso más. Dicen que la venganza nunca es buena, que mata el alma y envenena, que jamás podrás sentirte satisfecho, incluso si la consigues. Todos y cada uno de los idiotas que dicen eso no son más que un montón de maricones demasiado asustados como para hacer lo que debe de hacerse, gente que nunca sentirá toda la dicha y placer que da el lograr algo así.
:- Ja, ja, ja ¡Ja, ja, ja, ja! ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja!
¡¡¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!!
https://www.youtube.com/watch?v=ZPiPcfaq2X0
Era reconfortante ver algo como esto, era increíblemente satisfactorio observar como el rostro del Escultor de especies se llenaba con temor. El júbilo y deleite que obtenía de esta experiencia era tal que no pudo evitar reír tan alto como era capaz, estaba literalmente dando vueltas de felicidad sobre el techo de aquel edificio. Lo fuerte de sus pisadas hizo que el suelo bajo sus pies comenzará a ceder, por lo que antes de que eso pasase se recompuso y se detuvo. Su rostro, que siempre se encontraba enojado paso a enseñar una expresión de completo alivio ahora que su venganza por fin fue llevada a cabo. Todas las cosas molestas que pasaron a lo largo de este día valieron totalmente la pena para ser capaz de sentir tales niveles de felicidad.
:- Jajaja... Bien, supongo que ahora solo queda encontrar un bonito lugar en donde guardar esto
Terminó de reír, se limpió una lágrima de su ojo y se quedó observando a la crisálida que no paraba de retorcerse de un lado a un otro. No hay forma alguna de que el Escultor de especies sea capaz de romperla por dentro, pero siempre existe la posibilidad de que algún tonto quiera meter manos en donde no debe. Disparó un hilo de araña desde su cola metálica, enganchando la pupa sobre la base de esta y se preparó para marcharse en busca de algún lugar perdido de la mano de Dios, donde dejar olvidado para siempre al Escultor de especies.
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:- ¿Pago? ¿Cuál pago?
Justo en el momento en el que estaba a punto de marcharse recordó algo. 10 mencionó que iba a darle un pago aparte de esto, realmente no necesitaba otra cosa además de lo que acaba de hacer. Sin embargo, ahora que ya no tenía motivo para estar enojada 24/7 no pudo evitar ser presa de la curiosidad. Luego del premio tan grande que le habían dado lo mínimo que podía hacer era ver que es lo que tenían preparado, quién sabe quizás y sean capaces de darle otra alegría. Con ese pensamiento en mente se dirigió hacia 10 mientras seguía llevando al Escultor de especies consigo.
Ok, ya finiquite con todo lo que quería, es tu turno