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>Aún con la ayuda extra de no poder dormir y no tener ánimo para moverse, quedarse quieta como una roca mientras esperaba algo de Uranocircita se le daba más difícil que distraerse hurgando adentro de su garganta -con el puño entero, si podía- en busca de los pedazos de Rutilo que no dejaban de incomodarla.
Hm. (...) Tara y Avalok no son enemigos de verdad, deberían ser observadores neutrales que no se involucran con nosotras, lo que pasó conmigo fue un error. Hay otras cosas más allá de las dos nubes, pero Avy dijo que tardarían en llegar, o eso creo.
>Estaba demasiado inmersa en la exploración de su agujero y su mano demasiado profundo en su cuello cuando terminaron los 30 minutos y tuvo que darle una respuesta a Circita sobre lo bueno que era el clima, en su opinión, necesitó un segundo de más para poder hablar.
>Ya había repetido suficiente que no veía a Tara como enemiga, no iba a retractarse porque estuviese dormida en ese momento y no pudiese escucharla.
Tu nombre tiene muchas letras, ¿no son suficientes? No me gustan los libros desde que aprendía a leer, tenían muchas palabras que no entendía. Cuando me tomaba el tiempo para entenderlas me distraía con otra cosa y luego apenas terminaba una página antes de que se hiciera de noche... Sería bueno poder aprender algo de ellos. ¿Había algo que querías aprender de los libros? Debería ser más entretenido si leyeras algo que te interese.
>Los nombres de sus hermanas y el suyo propio no fueron de las primeras palabras que aprendió ni las que mejor recordaría, las clasificaría como palabras complicadas si no fuesen las más comunes en la academia, teniendo eso en cuenta, aprender el resto de palabras debería ser sencillo luego de haber empezado con las más complicadas, pero no fue el caso cuando ella crecía y no parecía serlo ahora para Circita.
>No era un tema de conversación de lo más grato debido a sus experiencias con los libros, pero el descubrimiento de que Urano podía sostener uno en sus manos sin que las páginas se ennegrecieran y arruinaran antes de que pudiese leerlas le sirvió para ignorar eso y preguntarle que libros preferiría leer para poder robarlos de la biblioteca por ella cuando fuese a visitar el observatorio.
De noche... era más difícil moverme y no había mucho que hacer, los piroclastos no aparecen y las otras duermen. Antes hacía igual que con el invierno, trataba de usar toda mi energía moviéndome durante el día para dormir temprano y despertarme temprano... Tampoco me gustaba entrar al agua pero vi muchas cosas nuevas cuando fui al mar con Caracola. Tal vez podría ver cosas de noche también ahora que no puedo dormir, si no hubiese tanta luz.
>De alguna manera se las arreglaron para hablar de dos cosas que no le gustaban una detrás de otra y ambas después de que pidiera no hablar de la academia o de los piroclastos para evitar temas que la molestaran. Intentar ver un lado positivo a los tiempos que antes eran de sueño tampoco fue tan efectivo.
Axinita me mostró algo por la... herramienta del observatorio. Las estrellas se veían muy distintas ahí... Todavía no entiendo cómo regresar la luna, no puedo prometer que vaya a lograrlo.
>Por fin, algo de lo que no le incomodaba hablar y solo se le hacía indiferente, o así comenzó hasta que recordó las preocupaciones de Tara y su inhabilidad para ayudarla de cualquier modo con ellas.
¿Ah? (...) Más que ser como alguien... Quería ser mejor que alguien, pero no exactamente igual.
>Padparadscha no era una meta que quería alcanzar sino superar, más un reto que un modelo a seguir en cuanto a todo lo que no involucrara el combate. En cuánto a carácter, preferiría ser como su maestra, amable con las demás pero estricta cuando tenía que serlo, dispuesta a sacrificarse por sus hermanas y siempre ayudando. Creía que lo último todavía podría conseguirlo de alguna manera aunque abandonara todo lo demás.
Eso fue lo primero que abandoné, ya no necesito ser mejor que Padpá... Puedo llevar la ropa que necesitemos de la academia y sé cómo colocarme resina en el cabello.
>Sin darse cuenta bajó el tono de su voz, siguiendo el de Uranocircita, resaltando sus ganas de dormir y restándole fuerza sin intención a sus declaraciones. En vez de rectificarlo para no dar la impresión equivocada, se volteo sobre sí misma para quedar con la frente mirando al cielo, lo que podría alejar su voz del comunicador y hacerla mínimamente más apagada.
No quiero hacer otra academia en un lugar diferente para que gemas distintas se ahoguen ahí también. Quiero vivir como las gemas de afuera o como Tara, sin estar encerrada en una habitación o quieta en un mismo sitio... Quiero contemplar el mundo aunque no me contemple y todavía no sepa si lo amo. (...) Hm. No sé reparar gemas o si pueda aprender, intentarlo tomaría mucho tiempo... Podría mostrarte que puedo abandonar el combate mientras lo intento.
>Dejó atrás cualquier idea de fundar una nueva sociedad cristalina al mismo tiempo que dejaron atrás a las tres que conoció fuera de esta. Ella no había funcionado muy bien adentro de la academia dadas sus múltiples reeducaciones así que era la menos indicada para eso. Establecer una nueva academia solo para que con el tiempo se llenase de gemas ahogándose y fuese atacada por piroclastos tampoco cumpliría con algo, solo reforzaba la opinión que ya se había hecho.
>Si fuese solo por ella, le bastaría con irse repentinamente en una dirección arbitraria, sumergirse en lo más profundo del mar y no detenerse hasta llegar a otra orilla, así durara muy poco tiempo viviendo alejada de otras gemas o ni siquiera pudiese alejarse lo suficiente. Los argumentos en contra en los que ella misma había pensado o en los que le hiciera pensar Circita no eran lo bastante fuertes para romper su ilusión de que podía llevar esto a cabo, tal vez otra señal de su juventud fantasiosa o de que ya estaba soñando en voz alta otra vez.
A las gemas les afecta cuando alguien que conocen desaparece, aunque intenten ser fuertes, por eso... Tengo que entrenarme por dentro. Estar preparada... 1pac y Verde son buenas, pensarían en ti.
>Frenó antes de mencionar otra vez las tácticas desestabilizadoras de los piroclastos. No podía responder por los sentimientos y reacciones de gemas en específico ni sabía con exactitud su relación con Urano, solo asumía en base a sus personalidades que no pasarían por alto la falta de una gema, aunque no les impidiera seguir con sus trabajos o cambiara dramáticamente sus vidas diarias.
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>La disipación inusual de Tara le dió a pensar que la misma no sería capaz de asistirla en un buen tiempo, así tuviese una forma de entrar a la boca de Meth con ella y tratara de contener a Rosa a base de una estrategia defensiva y las maniobras evasivas que su maestra le pidió que practicara para no perder más de su propio material.
>Ella tampoco estaba en condiciones ideales para una batalla de aguante, con el territorio desconocido en contra suya y a favor de la gema piroclastica que lo conocía mejor y las armas anómalas que esta usaba no podía asegurar si podía siquiera resistir por más de un golpe y no creía que su enemigo tuviese planeado tomarse más de uno para acabar con ella si tenía el poder suficiente para decidir.
Si solo me dices que eso no es lo que quieres pero no me dices lo que sí quieres seguiré sin saber cómo eso es bueno para nosotras.
>No sentía el mismo tipo de actitud propensa al engaño y la manipulación emocional de Rutilo cuando hablaba con Rosa. Aunque el objetivo de sus palabras fuesen el mismo, hacer que se rindiera y rompiera o se dejara romper, quería creer que estas eran honestas. Como mínimo estaba más abierta a hablar con esta piroclasto que con la anterior.
Hm. Si tuviese papel anotaría muchas cosas para no tratar de recordarlas.
>Se quejó de la presentación que Rosa le dio a su arma, viéndola como otra cosa que debería transmitirles a las gemas de la academia cuando regresara o como una lección teórica de combate que poco apreciaba aún en sus días de educación primera.
>Si algo la tentaba a abandonar toda esperanza de ganar o resistir el combate, no era el territorio hostil, el arma extraña que Rosa usaba ni los años sin combatir contra piroclastos, sino el hecho de que su enemiga fuese una Padparadscha o una Diamante. Ambos nombres eran notorios entre las gemas de combate y solo pensar que estuviera peleando contra cualquiera de las dos la preparaba mentalmente para un solo resultado, el de ella rompiéndose sin haber logrado más que darle un golpe sorpresa a una gema que no estaba preparada para combatir. Sin embargo, Rosa desafiaba sus expectativas con una técnica de combate pobre, solo capaz de romper esa ilusión perjudicial de que todo lo que fuese un Corindón estaba predispuesto a destacar en el combate.
¡Hm...! ¿Ah?
>Sin esperarlo, ni siquiera imaginarlo, derrumbó a su contrincante en un par de golpes que en su mente habían sido tan solo respuestas débiles de una combatiente acorralada en contra de una superior que la tenía contra las cuerdas. Su reacción a esta sorpresiva victoria no fue de logro y celebración, solo confusión, que se hacía más grande cuanto su oponente se veía más pequeña... Reducida a una pila de trozos en el suelo que apenas se sostenían a la altura de su barbilla, la imagen de Diamante Rosa como un equivalente a Padparadscha o una de los Piroclastos anómalos más peligrosos se terminó de quebrar, aunque esta siguiera activa de rodillas, hablando o tal vez desvariando sobre cosas que no salvaban la nueva opinión que se hacía de ella.
No me gusta romper a otras gemas, aunque me pidan que lo haga.
>Aunque sabía que no era una de las suyas, y el líquido que manaba de sus ojos la hacía aún más distinta, Rosa se veía como otra gema más de la academia, la imagen penosa que tenía ahora de ella solo la hacía sentir mal por haberla dejado así. Pese a que algo en el fondo de su cabeza le decía que esto era otra artimaña del piroclasto para conseguir lo que quería usando información que ya había aprendido de ella por la semana que estuvo oyendo sus conversaciones secretas con Urano y los años de sobra que habrá espiado la academia, quiso creer en lo que veía.
Estoy cansada de esto.
>Levantó su espada sobre la cabeza de Rosa por lo que sería una última vez, la volteo para que el filo mirara hacia abajo, y con la hoja trató de apartar el arma de hierro y magnesio del cuerpo de su enemiga sin cortarla, antes de retroceder por la aparición del Emeth impostor.
¡Hm! Si no querían que estuviese aquí no me hubiesen traído aquí para empezar.
>Replicó. Nunca fue su intención subir a la Sitadela de Tara ni los piroclastos la habían querido ahí, tampoco había sido su intención terminar adentro de Meth y le pasaba lo mismo. Así fuese un impostor, este Emeth era un compañero de conversación tan indeseable como el original, por lo que procedió a ignorar lo que dijera y seguir con lo que estaba por decirle a Rosa antes de la interrupción.
Dije que que estoy cansada, de esto. Si te rompo aquí vas a regresar más tarde o temprano, como todos los piroclastos. Siempre es lo mismo.
>Puso su espada en frente de ella, separándose con el filo horizontal de Emeth y de Rosa, solo por un segundo antes de soltar la empuñadura y dejarla caer a donde la llevara la gravedad antinatural.
No quiero seguir combatiendo. Bajo mi espada ahora, prometo no volver a levantarla contra ustedes mientras cumplan la promesa de no volver a atacarme. Si de verdad no quieres seguir rompiendo gemas entonces podrás hacerlo, empieza conmigo.
>Retrocedió unos pasos más de la espada caída y de Emeth, dando un último vistazo a sus dedos reemplazados antes de guardar las manos detrás de la espalda para enfatizar sus deseos de dejar el combate.
También quiero que le regresen la luna a Tara, por favor. ¿Al menos hay otra cosa aparte de Dioptasa que quieran a cambio?